Hoy es el Día de la Madre, un día en el que solemos hacerle un regalo a nuestras madres, les damos un beso y las felicitamos, nos reunimos la familia a comer para celebrarlo y, con suerte, lo hacemos en un restaurante para que éste, su día ella no tenga que cocinar.
Para nosotros se ha convertido en una costumbre más y nuestras felicitaciones son “genéricas”, no nos paramos a agradecerles todo lo que hacen por nosotros (aun ya siendo más que adultos y habiendo abandonado el nido hace siglos). No les damos el reconocimiento que realmente se merecen en este día porque, reconozcámoslo, estamos tan acostumbrados que es algo que damos por hecho.
Y, al final, una tiene que dar con un libro como “Las uvas de la ira” que le abra los ojos y le haga ver que este día no sólo es para felicitarlas, este día debería ser para homenajear a las madres.