Respirar… habitualmente lo hacemos de forma
inconsciente, pero hay veces que nos llega un olor que nos trae un recuerdo,
una sensación y entonces… Nos paramos a respirar profundamente: inspiramos llenándonos los pulmones
completamente, notamos cómo se expande nuestro pecho, notamos cómo nos
expandimos nosotros, nos llenamos de ese olor, de las sensaciones agradables
que nos produce, mantenemos ese aire y esa sensación durante unos segundos y…
… lentamente, muy lentamente vamos
exhalando ese aire, al tiempo que emanamos amor al Universo. Y no sólo amor, sino
felicidad, bienestar, … positivismo!!
Pese a que casi al principio de este camino para Disfrutar
el Momento, nos paramos a ver cómo respiramos hoy nos centramos en otro aspecto de la respiración ya
que cuando respiramos, y más cuando respiramos de forma consciente, nos
expandimos y nos contraemos. Así como el Universo está en un proceso constante
de expansión y contracción, lo estamos nosotros y lo está todo lo que nos
rodea.
¿Os habéis dado cuenta que cuando estáis con vuestra
pareja o vuestros hijos a gusto, relajados, recostados viendo la tele, o
tumbados en la cama vuestra respiración tiende a acompasarse? Poco a poco,
llega un momento en que las dos respiraciones se vuelven una, al mismo ritmo y
con la misma intensidad.
¡¡Qué importante es la respiración y qué poca importancia
le damos!!
Y para ser conscientes de ello vamos a hacer un ejercicio
adaptado a estos días de frío.
Bien abrigaditos nos vamos a ir a un parque y nos vamos a
sentar en un banco al sol. Bien cómodos, cerrando los ojos y levantando la
cabeza hacia el sol, sintiendo esos rayos que aunque calientan poco, nos
calientan por dentro. Sintiendo que aunque tengamos los ojos cerrados, esos
rayos llegan hasta el último hueco de nuestro ser e inconscientemente empezamos
a sonreír.
Una vez estemos tranquilos y a gusto, empezaremos a
respirar conscientemente, inspirando y expirando lentamente. Llenando nuestros
pulmones no sólo de aire, sino de los olores que nos rodean. Cada vez que
inhalemos, nos centraremos en la sensación que experimentamos de cómo se
hinchan nuestros pulmones, de cómo parece que ese aire se extiende por todo
nuestro cuerpo. Notaremos como al tiempo que nos llenamos de aire, nos vamos
llenando de energía, de optimismo.
¿Notáis cómo empieza a invadiros una sensación de
felicidad?
Eso claro, si no os habéis quedado congelados antes, je,
je, je,
Fijad en vuestra memoria este rato de máxima felicidad,
así cuando lleguen los días grises, los días lluviosos, tanto reales como
“metafóricos”, podréis rememorar este momento, esta sensación y … poner una
sonrisa y ser vosotros mismos el sol que emane calor, luz y felicidad.
Por cierto…
OS RECUERDO QUE…¡¡¡ESTOY DE SORTEO SCRAP-NAVIDEÑO!!!
Besazos!!
¿Quieres recordar el paso
anterior? Ve al paso 37: Dateun empujoncito.
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