Ya sé que el último día os prometí que os iba a explicar cómo se hacen los torchones, pero es que he visto que con las explicaciones me estaba retrasando en enseñaros cómo iba avanzando la labor y puesto que el propósito número 9 de mis 14 propósitos para 2014 consiste en terminar el Pañuelo de Novia …
Así que
para “auto-motivarme” he pensado que si os enseñaba cómo ha ido avanzando el Pañuelo de Novia día a día y hasta el
día de hoy… al quedarme sin avances de labor para seguir explicándoos cositas
pues… ¡no me quedaría más remedio que seguir avanzando!
Y es que
hay épocas/estaciones en las que me apetece menos hacer una labor o una
actividad o … que otras. Y por experiencia ya sabemos que si dejamos algo a medias, hay un 99% de probabilidades
de que se quede ahí por lo siglos de los siglos.
Vamos sin
ir más lejos el abanico, que os
enseñé el año pasado, lo cogí y lo abandoné tantas veces que tardé más de 5 años en terminarlo y…
¡me niego a que se repita!, je, je, je.
O sea, lo
dicho, que para motivarme como para seguir enseñándoos tengo que “generar” más
material, pues…
A enseñaros
todo lo que he avanzado con el Pañuelo
de Novia, día a día o, mejor dicho, domingo a domingo por la tarde.
Como veis
el 9º día llegué hasta el extremo derecho de la labor.
Así que
el 10º día tuve que añadir bolillos, ¿por dónde?
Premio
para la que haya respondido por el lado izquierdo, je, je, je.
Además,
como habéis visto, ya llegué a un punto en el que ya están colgados todos los
bolillos de la labor. Unos doscientos
y pico bolillos!!
Y también
empecé el camino interior, que ya os
contaré cómo se hace.
Después,
seguí avanzando día a día siempre deste la izquierda, sin prisa pero sin pausa,
hasta terminar con el extremo corto
del primer cuarto del Pañuelo de Novia.
Eso sí,
de vez en cuando una se despista y se equivoca y … ve que no le cuadra la
labor: en algún momento faltan o sobran bolillos y…¡eso no debería de pasar!
¿Qué hacer cuando nos equivocamos haciendo encaje de bolillos?
Pues tenemos
tres opciones:
1) Si es un fallito en el que
os hemos confundido con una vuelta o una cruz cuando no tocaba y no afecta
mucho a la labor, pues como decía mi profesora y que había aprendido de las
monjas que le enseñaron: se deja el
fallito como prueba de que como
humanos que somos no somos perfectos. Y ese es el encanto de las labores
hechas a mano, el que son únicas pues no hay dos iguales.
2) Si es un fallo algo más
importante como es que sobren o nos
faltan bolillos, podemos:
a. Deshacer lo hecho hasta el punto donde se cometió el fallo. Esta es una de las
peores partes de toda labor, deshacer. ¡Da una rabia!
b. Si el fallo se remonta tan
atrás en la labor que hay que deshacer lo hecho durante horas y horas,
podremos… añadir un par de bolillos
allí donde haga falta y cortar el par de bolillos que nos sobre
allí donde sobre.
Tened
en cuenta de que en todo momento estamos trabajando por el revés de la labor,
así que no se notará nada si lo hemos hecho bien y con cuidado.
Yo en
este caso, como había cometido el error al principio del trozo de punto de
tejido que acababa de hacer esa misma tarde, pues… me armé de paciencia,
deshice hasta donde había cometido el fallo y volví a hacerlo bien. GRRRR.
El resto
de los días todo fue darle a los bolillos
y avanzar…
Porque
llegaba uno de mis trozos favoritos. Ya sabéis… aquel en el que toca hacer el Punto de la Virgen.
Y así es
como está la labor a día de hoy. A puntito de llegar a la esquina, de terminar
el lado largo del primer cuarto del pañuelo y de girar el mundillo para seguir bajando.
O sea,
que si las matemáticas no me fallan… ¡me quedan 3/4 de Pañuelo de Novia para terminarlo en 2014!
¡¡Animo Isa!! ja,
ja, ja.
Y el
próximo día, ya sí que sí, os explico cómo se hacen los torchones J
Besazos!!
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