miércoles, 12 de marzo de 2014

Disfruta del momento… paso 47: Revisa tus cualidades y tus defectos

 

 

 
No hay peor juez que el que llevamos todos dentro. Tanto para lo bueno como para lo malo. Porque cuando se trata de valorar, de opinar por muy objetivo que se quiera ser es muy difícil que no entre cierta parte de subjetividad. Sobre todo porque de eso se tratan las opiniones: de dar nuestro punto de vista sobre algo. Y si ese “algo” somos nosotros mismos… misión casi imposible la de ser objetivos. 
Y tan malo es sobrevalorarnos como infravalorarnos. Porque con cualquiera de esas actitudes nos estamos auto-engañando.
Así que el paso de hoy consiste en hacer un ejercicio de autovaloración lo más objetiva posible para volverá poner los pies en el suelo y mantener una actitud abierta con respecto a nuestras cualidades y nuestros defectos.
El ejercicio que vamos a hacer es una especie de… “ejercer de abogado del diablo”.

Empezaremos haciendo una lista con las que consideramos nuestras tres mejores cualidades, los que consideramos que son nuestros mejores tres puntos fuertes.
Después intentaremos darle la vuelta a dichas cualidades, es decir, pensaremos situaciones en las que dichas cualidades nos han resultado o nos podrían resultar perjudiciales.
Puede que visto desde este punto de vista caigamos en la cuenta de que alguno de los que considerábamos nuestro mejor punto fuerte, nuestra mejor cualidad, no lo es tanto, sino todo lo contrario.
Oye, a lo mejor esa franqueza de la que tanto nos enorgullecemos, resulta que no es franqueza sino brusquedad y ha hecho que más de una persona nos considere bordes.
Una vez analizadas nuestras tres mejores cualidades, hagamos lo mismo con nuestros las tres cosas que menos nos gustan de nosotros, los que consideramos nuestros tres peores defectos.  
Ahora hagamos lo mismo que con las cualidades y planteémonos circunstancias en las que dichos defectos nos pudieran resultar beneficiosos.
Esta parte quizás sea un poco más difícil, porque … ¿en qué situación puede resultar beneficioso el ser una persona negativa? Oye, pues quizás que cuando te pasa alguna de las malas cosas que ves por todos los lados pues… como ya sabías que iba a pasar aceptas los golpes de la vida con resignación y, por tanto, no los sufres tanto como otra persona que no los hubiera visto venir, ¿no?
El caso es que como todo en esta vida, tanto cualidades como defectos tienen un lado positivo y un lado negativo que hemos de tener presente. Ni nuestras cualidades son taaaaaaaaaaaan buenas ni nuestros defectos taaaaaaaaaaaan malos.
Oye, y quizás una vez analizados así descubramos que aquella que creíamos que era nuestra mejor cualidad a fin de cuentas es un defecto que no sabíamos ver y sobre el que tenemos que trabajar para mejorarnos como personas. Y viceversa, aquel defecto horroroso que tratábamos de ocultar a toda costa, resulta que es una de nuestras mejores cualidades.
Y es que de vez en cuando debemos pararnos y tomarnos un tiempo para hacer este ejercicio de autoevaluación tanto para conocernos mejor a nosotros mismos como para a partir de lo descubierto cambiar y seguir evolucionando en esta vida.
Yo, por ejemplo, voy a seguir trabajando en este ejercicio a ver si consigo que mi lista de cualidades llegue a 3 y mi lista de defectos … pueda reducirla a 3, ja, ja, ja.
Lo dicho, a veces no hay peor juez que el que está dentro de nuestra cabeza!!  
¿Quieres recordar el paso anterior? Ve al paso 46: Pasa un día entero en silencio
 


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