Muy
buenas!!
No
sé si a vosotr@s os pasará lo mismo pero yo me tiro corriendo todo el día,
desde que me levanto hasta que me acuesto parezco el conejo de Alicia en el
País de las Maravillas. Quiero apurar tanto el poco tiempo libre que tengo,
quiero hacer tantas cosas a lo largo del día, quiero disfrutar tanto esos
breves Momentos de Disfrute, que voy corriendo a todos los sitios y lo que
consigo más que disfrutarlos es atacarme.
Todo
el día mirando el reloj y con el “no
llego, no llego, no llegoooooooo….” en la boca. Vamos que me teníais que
ver haciendo la compra con el carrito… Acelerada, derrapando, esquivando, con
la lista organizada por pasillos y secciones,…¡¡todo un número!! Y total, por
sacarle unos minutitos más al día.
Así
que claro, cuando llego a casa, con la velocidad metida en las venas, por mucho
que quiera disfrutar de la paz del hogar,
yo sigo corriendo: me cambio de ropa corriendo, me desmaquillo corriendo,
preparo el desayuno y la comida del día siguiente corriendo, ceno corriendo, ….
Y cuando por fin me meto en la cama para dormir no hay quien se duerma por muy
agotada que esté, pues todo dentro de mí sigue corriendo: mi cerebro, mi
sangre, … ARGGGGG, de sólo pensarlo para escribirlo ya me he acelerado yo
solita.
Y
claro, como comprenderéis. Eso no es nada bueno para la salud. Tanta velocidad
no es buena. Los humanos nacimos con dos piernas, no con dos ruedas, lo cual
quiere decir que estamos hechos para ir a una velocidad máxima y no a Match 5.
Porque
al final el cuerpo se acaba resintiendo y dándonos un toque de atención. ¿No os
ha pasado nunca que un día os levantáis como a cámara lenta y sin energía? ¡A
mí sí! Hay veces que el cuerpo toma el control y por mucho que me resista, es
que no. Y como sé que el cuerpo es sabio y si te pide algo es porque lo
necesita, yo procuro dárselo. Que si no hacemos caso a los toques de atención,
luego lo acabamos pagando y muuuy caro. Ahí están tantos casos de estrés,
ansiedad, …, que tienen pinta de que van a ser la epidemia del s. XXI.
Así
que en este paso ha llegado el momento de ponerle freno a la vida. De levantar
el pie del acelerador y poder disfrutar de las vistas. Porque no por querer
exprimir al máximo el tiempo, se consigue disfrutarlo más.
El
ejercicio práctico de este paso consiste en elegir una actividad que hagamos
habitualmente y que podamos realizar muuuyyyyyyyyy
deeeeessssspaaaaaaciiiioooooo. Eso sí, antes de empezar debemos asegurarnos de
que disponemos de tiempo suficiente para ello. Mientras lo hagamos tenemos que
intentar respirar calmadamente. No se trata de ir a cámara lenta, pero sí
hacerlo sin prisas, con calma, tomándonos nuestro tiempo. Y si nos entran las
prisas y los agobios, paramos, nos sentamos y …¡¡¡ESPERAMOS A QUE SE NOS
PASEN!!!, antes de continuar con lo que estábamos haciendo o empezar desde el
principio.
Yo
puse en práctica este ejercicio la semana pasada. Como me conozco desde que
nací y lo más normal para estas cosas es elegir una actividad que nos guste (y
eso es hacer trampas), decidí darme una de cal y otra de arena y elegir dos
actividades, así además podría ver qué diferencia de resultados había entre
ambas.
La
de cal (eso es lo bueno, ¿no?) fue el desmaquillarme y aplicarme los
tratamientos faciales nocturnos; y la de arena, preparar el desayuno y el
tupper del día siguiente. Como es lógico disfruté más de la primera actividad en
slow motion que de la segunda. Pero
he de reconocer que tomé más conciencia de lo que hacía en la segunda, ya que
normalmente suelo hacerla a toda tralla para acabar cuanto antes y luego
siempre se me acaba olvidando algo porque no estaba a lo que estaba.
El
caso es que he aprendido dos lecciones de este ejercicio:
1.
Que al hacer
las cosas despacio, sin prisas, tomo conciencia de lo que estoy haciendo
mientras lo estoy haciendo. Es decir, soy consciente del momento presente y,
por lo tanto, puedo disfrutarlo.
2.
Que al hacer
las cosas despacio, “obligándome” en un principio a hacerlas despacio, mi
“aceleramiento” desaparece y empiezo yo también a ir despacio, a relajarme, a
sentirme mejor. Es como si al no gastar tanta energía en hacerlo todo
corriendo, se me recargaran las pilas.
Y
es que cuánta razón tiene el refranero español: Vísteme despacio que tengo prisa. Muchas veces por ir corriendo y
hacer las cosas con prisas, luego nos toca volvernos o repetirlas porque no
estábamos a lo que estábamos y se nos ha olvidado algo o no las hemos hecho
bien.
Así
que a partir de ahora, aquellas cosas que pueda hacer despacio voy a hacerlas
despacio. Voy a hacer como la tortuga que despacito, despacito…¡¡¡le ganó la
carrera a la liebre!!!
Y
vosotr@s, ¿qué sois? ¿tortugas o liebres?
Besos!!
O quizás prefieras repasar lo andado hasta el momento… pasos 1 al 10
¿Quieres continuar el camino? Ve al paso 11: Personas queridas
¿Quieres recordar
el paso anterior? Ve al paso 9: Siénte la tierra, conécta con la Naturaleza
O quizás prefieras repasar lo andado hasta el momento… pasos 1 al 10
Tienes mucha razon Isa. Me siento totalmente identificada!
ResponderEliminarSiempre con prisas, siempre corrienso, ... y eso no puede ser. Yo tambien aprovecho mi rutina facial para relajarme y tomarme un momento para mi. Tranquilo y lento. Y la verdad es que me relaja mucho!
Un besote.
Marta ;)
A mi me pasa exactamente lo mismo, voy corriendo a todos los lados aunque no tenga que ir a ningún sitio. No sé si me entendéis. Yo creo que ya llevo el correr dentro de mis venas, pq estoy en la ofi y voy por los pasillos corriendo; estoy de finde tranquila (se supone) y voy corriendo; cuando estoy de vacas hay veces que me doy cuenta que estoy andando a paso rapidito cuando no hay necesidad.
ResponderEliminarAsí que cuando caigo en la cuenta de ello, intento pararme, decirme que no hay prisa y luego, volver a caminar.
Lo que cuentas del desmaquillarte disfrutáaaaaandolo, relajadamente. Chica, que yo eso no puedo y mira que lo intento pero es llegar a casa, ponerme a desmaquillarme con la radio puesta, eso sí, no puedo hacerlo sin ruido x medio y según me estoy aplicando desmaquillante comenzar a "organizar" lo que voy a hacer a continuación que si lavadora, que si preparar la cena, que si prepararme la comida del día siguiente, que si que si..... No hay manera, aquí si que mi cerebro no para de pensar x su cuenta con lo que no lo disfruto y encima voy a toda tralla.
Bueno, será cosa de buscar otra actividad para hacerla como sugieres, pensando en lo que estoy haciendo, leeeeeetameeeeeeenteeeeeee.
Me pongo a pensanlo.
bss