lunes, 11 de marzo de 2013

Tardes de cultura y charla (2ª parte): Bomec

 
Muy buenas!!
 
Como os decía ayer, esta vez mis Tardes de Cultura y Charla trae segunda parte y no para contaros lo que hablamos (que sigue siendo secreto, secretísimo), sino para hablaros del sito en el que tuvieron lugar nuestras charlas.

 
Porque aunque podíamos habernos quedado en el propio Museo del Romanticismo que tiene una cafetería muy cuca, con un jardincito precioso (y que ya le echamos el ojo para alguna calurosa tarde de verano), preferimos hacerlo en una tetería a la que le teníamos muchas ganas desde hace tiempo y que está muy cerquita del Museo. Se trata de Bomec, una tetería/coctelería que está en la calle San Joaquín, 8.
 
Bomec tiene una carta de tés como no había visto en mi vida. Hay tanta variedad que cuesta decidirse, sobre todo para alguien a quien le gusta tanto el té como a mí. Hay tés de todas partes del mundo, tanto tés puros como aromatizados, y de todas las variedades: blancos, verdes, rojos….
 
 
Pero no sólo hay carta de tés, sino que para aquellos a quienes no les guste el té, tiene carta de cócteles de la cual desgraciadamente no os puedo comentar nada porque es que ni la miré, ya que me sólo tenía ojos para la de tés y su acompañamiento, je, je, je.
 
 
 
La mejor tarta de tres chocolates negros que existe en el mundo, según proclaman ellos y…DOY FE de ello!! Palabra de una adicta al chocolate negro y cuanto más negro mejor. Tanto que ya habéis visto que no pude resistirme a probarla antes de hacerle una fotito, JA, JA, JA.
 
 
 
Como podéis ver la decoración de Bomec está cuidada hasta el último detalle, luces tenues, perfume suave,… creando todo ello un ambiente acogedor y relajante. Además nada más entrar os preguntarán si queréis estar sentados o bien preferís estar recostados en una de sus camas: ¡¡el más puro relax!!.
 
 
 
Y no sólo en Bomec, podemos degustar tés, dulces y cócteles, sino que allí mismo podemos comprar esos mismos tés, así como todo lo necesarios para su preparación y degustación. ¿Qué más se puede pedir?
 
 
Pues un detalle tonto y curioso, más que nada porque no debería de ser necesario mencionar algo así, pero que por desgracia hay que mencionar por lo raro, sino único del caso: los baños. Sí, he dicho bien, los baños.
 
 
Creo que es la primera vez que me encuentro unos baños tan limpios y en los que se ha cuidado tanto el detalle. Ya que además de mantener la decoración y el ambiente del local, se preocupan de mantener incienso encendido y…otro dato absurdo pero único: el jabón de manos. Sí, parece que no paro de decir tonterías, pero a diferencia de ese jabón industrial que ponen en todos los sitios y que te deja las manos como papel de lija, éste no solo me dejó un olor agradable en las manos sino que además me las dejó suavísimas, tanto que una hora después seguía notándolas como si me hubiera acabado de dar crema de manos.
 
 
 
Un lujazo de sitio al que volveré más de una vez ya que, además de todo lo dicho, está muy bien en cuestión de precios, teniendo en cuenta que tanto el té como la tarta se pueden compartir entre dos personas (el té viene en una tetera de la que salen dos tazas por persona y de la tarta sirven una ración más que generosa para dos).
 
Y vosotros, ¿conocíais Bomec? ¿os gusta tanto como a mí?
 
Besos!!


1 comentario:

  1. Y como el refranero español es muy sabio, "a la tercera, fue la vencida" y es que llevábamos tiempo para ir a Bomec y una vez porque llegamos y tenían horario de verano y estaba cerrado, otra vez porque en la mismísima puerta cambiamos de opinión...

    Pero por fin lo hemos visitado y ha sido todo un acierto y un lujazo.

    Por cierto la tarta de chocolate, DE MUERTE! Vamos para repetir tarta y visita.

    Bss

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