¿Quién no ha tenido alguna vez durante la vida una intuición, un presentimiento, un pálpito?
Es el considerado sexto sentido, aunque no todos lo tenemos igual de
desarrollado ni nos dejamos llevar por él.
Yo creo que no lo tengo muy desarrollado o lo tengo
atrofiado o quizás es que no lo sepa interpretar bien. Los hay que cuando
conocen a alguien por primera vez sin saber por qué les caen bien y sienten
como si conocieran a esa persona de toda la vida, o todo lo contrario, sienten
un rechazo inexplicable y hacen todo lo posible por no desarrollar esa sensación. Y siempre o casi siempre esa intuición
ha sido acertada.
Sin embargo, yo soy todo lo contrario, hay gente
que de entrada me ha caído genial y luego ha terminado dándome puñaladas traperas y otros que de
entrada me han caído como el …., han terminado siendo las personas más
importantes de mi vida. Con lo cual, visto lo mucho que me falla mi intuición, tiendo a no dejarme llevar ni
por las primeras impresiones ni por los impulsos.
Por ello, en este paso me encuentro ante un dilema:
creo en la intuición, en los presentimientos, en los pálpitos, pero no me suelo
dejar llevar por ellos ya que los míos siempre son equivocados. Aunque claro,
quizás el problema sea que no los sé interpretar.
Porque cuando se tiene un presentimiento ya sea de
que va a ocurrir algo bueno o algo malo, puede prepararse para ello y … claro
que si se prepara para lo bueno, ¿no estará consiguiendo algo bueno porque ha
actuado para conseguirlo?, y si se prepara para lo malo y no llega, ¿no será
porque lo ha evitado? Y si llega, ¿no lo habrá atraído?
Ja, ja, ja… no sé si acabo de hacer un trabalenguas
o he tenido una reflexión filosófica.
El caso es que antes de llegar a esa parte, lo
primero que tengo que hacer es aprender a reconocer las intuiciones. Y para
ello el ejercicio propuesto consiste en … intentar
recordar la última vez en la que creí estar segura de algo sin saber por qué,
sin tener razones de peso para argumentar tal sensación.
Una vez
recordado dicho momento, he de hacer memoria para recordar cómo me sentía en
ese momento, ¿era una sensación física como mariposas en el estómago o sólo una
sensación de calma y seguridad?, ¿cómo me sentía?
El problema es que como he tenido malas
experiencias al seguir mis intuiciones, ha llegado un momento en el que cuando
he sentido algo raro lo he bloqueado
tan rápido que creo que ya ni sé distinguir cuando tengo una intuición o cuando
tengo un vacío en el estómago por hambre, je, je, je.
O sea que voy tener que intentar ser receptiva ante
todo lo que me rodea y cómo se manifiesta mi intuición. Observar, sólo observar
y luego ver qué es lo que sucede.
Aunque quizás lo primero que tenga que hacer es
dejar de ser tan “racional” y analizarlo todo, para dejarme llevar, ¿no?
Vamos que mientras yo en este paso he de partir de
cero y aprenderlo todo, más de una tendrá el camino avanzadísimo, así que… ¿por
qué no me contáis si habéis tenido alguna vez un presentimiento?, ¿qué resultó de ello?
Besazos!!
¿Quieres continuar el camino? Ve al paso 28: Supera la impaciencia
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