Muy buenas!!
El paso de hoy es de lo más facilito y… de lo más
divertido!!
Porque, ¿quién no lleva dentro una “portera”? ¿ein?
Pues así como en su día dejamos salir a nuestr@ niñ@ interior a jugar (aquí) hoy sacamos a cotillear a
nuestr@ porte@ interior, je, je, je.
Ya os he comentado más de
una vez que yo voy por la vida con anteojeras como los burros y que voy tan
metida en mi mundo y en mis cosas que muchas veces (bueeeeeno, la gran mayoría)
ni veo por donde voy ni veo a la gente con la que me cruzo y, por tanto, me
pierdo gran parte de la realidad que me
rodea.
Y el paso de hoy consiste
en eso, en que mire a mi alrededor y vea todo eso que me estoy perdiendo, en
que saque a la superficie mi curiosidad innata y me interese por aquello que me
rodea, ya que nunca se sabe lo que puedo descubrir.
El ejercicio práctico
consiste en buscar un lugar cerca de nuestra casa donde podamos pasar un rato
tranquilo (unos 20 minutos mínimo) observando lo que pasa a nuestro alrededor,
centrando nuestra atención en aquello que llame nuestra curiosidad, en cosas
que normalmente no vemos porque “no miramos”. Además, hemos de tener puesta
parte de nuestra atención en nosotros mismos para ser conscientes de qué
sentimientos o sensaciones provocan en nosotros aquello que estamos observando.
Lo bueno de que este paso
haya caído en esta época del año es que el verano es muy propicio para estar en
lugares como la piscina, la playa, el chiringuito o la terracita de turno en
los que podamos estar tranquilos y dedicarnos a esta tarea de observación
(cotilleo lo llamaría yo, je, je, je).
Yo reconozco que aunque
soy de las que suele ir por ahí sin enterarse de lo que me rodea, sí que
también me gusta cuando estoy tumbada en la piscina y me he cansado de leer mi
libro, levantar la mirada y observar todo lo que me rodea, o sentarme en el
chiringuito de la playa con mi jarrita de cerveza fresquita, una buena compañía
al lado y… “¿has visto a esos?”, “pues
anda que aquel lo que está haciendo”, “Y… ¿qué me dices de….?”
Sí, lo reconozco, tanto
sola o en compañía me dedico de vez en cuando a observar la fauna humana y sus costumbres. Y no digo
aquello de fauna en tono peyorativo,
¡nada más lejos de mi intención! Lo digo porque pese a que pertenezcamos todos
a la misma raza, hay veces que parecemos de especies distintas, y es asombroso
y muy interesante observar “desde fuera” a la gente, cómo se mueve, cómo viste,
qué hacen, cómo reaccionan.
Porque observando a los
demás, descubrimos que … “¡anda yo
también hago eso! Ups…no tengo que
volver a hacerlo”. O… “¡¡jamás en la
vida me comportaría así!!” Y, por qué ¿no?, también se puede da el caso de…
“Eso lo tengo que hacer” o…”Cómo me gusta aquello”.
No sé vosotr@s pero si es
con buenas intenciones, el sacar a nuestr@ porter@ a cotillear de vez en cuando
es una experiencia bastante gratificante siempre y cuando se haga con buenas
intenciones, se aprende mucho y nos conecta con la realidad que nos rodea y a
la cual pertenecemos.
Y… lo reconozco: ¡Se Disfruta BASTANTE el Momento! Ja,
ja, ja.
No dejéis de contarme
vuestra experiencia con este paso para que lo Disfrutemos todos: ¿cuál es
vuestro puesto de observación?, ¿os gusta “observar” solos o en compañía?
Besazos!!
¿Quieres continuar el camino? Ve al paso 24: Practica idiomas, ¡comunícate!
¿Quieres recordar
el paso anterior? Ve al paso 22: Paros voluntarios
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