Estrés, ataques de ansiedad, agobios, … ¿quién no
lo ha padecido o padece cada vez con más frecuencia? Es una de las enfermedades del s. XXI consecuencia de
los momentos de crisis que estamos viviendo.
A veces basta con la más mínima cosa para que toda
la tensión que llevamos acumulada explote cual volcán y… entonces nuestra mente
hace de un grano de arroz una montaña, lo vemos todo negro, empiezan a
acelerarse los pensamientos en nuestra mente cual huracán y entramos en un
círculo vicioso de consecuencias devastadoras.
Una vez entramos en el ojo del huracán perderemos
el contacto con el Momento Presente. Nuestra mente se adentrará cada vez más en
una vorágine de negatividad y….
Por ello, este paso nos propone que cuando
empecemos a notar que perdemos el control de nuestros pensamientos, que
empecemos a verlo todo negro, nuestra respiración se agite, …, paremos en seco
la espiral de negatividad.
Pero, ¿cómo?
Pues parece ser que de una forma tan tonta y
sencilla como … parar lo que estuviésemos haciendo y ¡¡concentrarnos en los dedos de
los pies!!
Llevar la atención de un
extremo de nuestro cuerpo, la mente, al contrario, los pies. Pero no se trata
de pensar en nuestros pies o mirarnos los pies. Sino concentrarnos en los dedos de los pies, en sentirlos, en observar que
sensaciones nos transmiten. Una vez que lo hayamos conseguido (os aseguro que
se puede tardar un ratito largo, je, je, je), pasar al puente de los pies, luego
a los talones, a los tobillos, y así según vayamos notando y teniendo
conciencia de esas zonas de nuestro cuerpo el ir subiendo poco a poco, zona a
zona, por las extremidades, el tronco (glúteos, estómago, pecho, columna
vertebral, hombros, …) hasta la cabeza: boca, lengua, nariz, mejillas, orejas,
párpados, ojos, frente, cuero cabelludo y coronilla.
Con este ejercicio habremos conseguido que nuestra
mente deje de centrarse en sí misma y entre en contacto con el resto del cuerpo,
que se centre en él y sus sensaciones. Veréis como según vayamos sintiendo cada
parte de nuestro cuerpo en la que centremos la atención, ésta se irá relajando
y según se relaje nuestro cuerpo, se relajará nuestra mente. Habremos salido de
un círculo de negatividad y tensión que nos alejaba del Momento Presente, para
entrar en otro de positividad y relajación que nos conectará con el Momento
Presente.
Una vez vueltos al Momento Presente seremos capaces
de verlo otra vez con objetividad para poder hacer frente al día a día, para Disfrutar de los Momentos Buenos que nos ofrece, que haberlos
haylos como las meigas, solo que a veces nuestra mente no nos deja verlos
cuando se empecina en verlo todo negro.
Y es que en la vida no todo es blanco o negro, en
medio hay toda una multitud de colores y matices que hemos de aprender a ver y
apreciar.
No sé vosotras, pero yo más de una vez he deseado
poder tener un interruptor para apagar
la cabeza o, en su defecto, poder cortármela (je, je, je) para que dejaran
de darme vueltas y vueltas todos esos pensamientos negativos. Y resulta que la
solución es más fácil que todo eso y la tenía al alcance de … los dedos de los
pies ;-P
Besazos!!
Aaaaaay Isa!!! me pasa igual con lo del interruptor o querer cortárrrrme la cabeza jajaja. Yo para combatir mi negatividad opté por simplificar mi vida y no correr por la vida, y cuando me acorrala pongo la música bien fuerte y me pongo a cantar y bailar, o salgo a ver la naturaleza. Pero ese ejercicio que contás me pareció súper interesante así que lo voy a probar.
ResponderEliminarBesos