Viernes:
10:15 a.m., me llaman de la Academia para
saber si estoy disponible esta tarde para una práctica a las 18:00, de Ayudante de Maquillador en una sesión de fotos que van a hacer para un
curso de Iluminación en Fotografía. ¡Por supuesto que estoy libre!
Y encantada de participar en una sesión
fotográfica aunque sólo sea de Ayudante. Nunca he estado en una y así podré ver
cómo funciona todo.
17:45 p.m., llego al Espacio Harley con tiempo de sobra. Ya está allí casi todo el
mundo: la modelo, el fotógrafo, el estilista, los alumnos, … sólo falta
Carminia, la maquilladora, que llega a las 18:00 y enseguida se pone a hablar
con el fotógrafo para saber cómo va a ir la sesión fotográfica y ponerse de
acuerdo en el tipo de maquillaje y peinado que hay que hacer.
Yo, como buena “becaria”, soy todo ojos y
todo oídos, la mejor forma de aprender cuando se es novata total.
Una vez coordinados maquilladora y fotógrafo,
y que la “becaria” ha sacado todo el material del “maletín” (más bien
“maletón”) de la maquilladora, ésta comienza a maquillar a la modelo.
Tras hora y media de maquillaje y peluquería
y después de que la modelo se vista, tras unos pequeños inconvenientes como que
los zapatos no son de su número (¡un 41!) o que el vestido le queda un poco
justo, comienza la sesión fotográfica.
Sesión fotográfica que se alarga hasta
pasadas la 22:00, ya que no sólo hay dos cambios más de vestuario, sino que
como es una sesión fotográfica para un curso, la sesión consiste en
foto-foto-explicación-cambio de …..-recolocación
de…-foto-explicación-modificación de….-foto-…, con lo cual se eterniza la
sesión.
Además, una vez realizado el maquillaje y el
peinado, salvo algún que otro retoque, el “trabajo” de la maquilladora (y por
ende el de su ayudante) sólo consiste en esperar y esperar.
Eso sí, aunque no he cogido una brocha en
toda la tarde, me ha gustado la experiencia y he aprendido mucho. Al fin y al
cabo para eso son las prácticas, ¿no?
Sábado:
Cuando
llego a clase (con el tiempo justo, estaba tan ensimismada leyendo que me pasé de
estación y tuve que retroceder, grrrrr) me encuentro con que hoy tenemos dos “cabezas
humanas” (je, je, je) para practicar, una que se ha traído Noelia y otra que se
ha traído Eli, una compañera.
Así
que como somos cuatro pues… pensamos en partirlas por la mitad y así para cada
una, ja, ja, ja.
Aunque
en realidad lo que hacemos es que a cada modelo la alisa el cabello dos alumnas
y cada una le hace una mitad. Así no corre la sangre y hasta es posible que
quieran volver el próximo día ;-P
Además,
hay que reconocer que no es lo mismo trabajar con una muñeca que con una
persona. Y es que la muñeca no se queja hagas lo que la hagas, con lo cual no
sabes si le estás tirando del pelo, si le estás quemando el cuero cabelludo, ….
Así que está genial poder trabajar con personas con las que tenemos más cuidado
y que nos pueden decir si les tiramos del pelo o si les quemamos o si les gusta
o no. Y ese feed-back es importantísimo cuando se está aprendiendo.
Tras
este ejercicio, Noelia nos explica cómo
hacer trenzas: de raíz, invertidas, invertidas de raíz, de espiga, en
cascada, de 4 cabos, de 5 cabos, … y cordoncillos.
Trenzas de raíz yo ya sabía hacer (en mi adolescencia me
hice muchas) con lo cual sólo ha sido cuestión de recordarlo.
Lo que no sabía hacer es trenzas invertidas (tanto normales como de raíz), ni de espiga ni cordoncillos, aunque una vez explicado le cojo rápidamente el tranquillo.
Antes de terminar la clase, como la semana
que viene no hay por ser Semana Santa, Noelia nos “pone deberes”: hemos de
hacer un alisado con secador, una melena rizada con planchas y un estudio de
mercado.
Menos mal que ya tengo a mi Susi (mi cabeza),
mi secador y espero que me lleguen las planchas antes de Semana Santa, así que
podré hacer los deberes y a ver si consigo hacer algún que otro peinado con trenzas
que he pineado algunas en Pinterest
que me encantan.
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