Otra decena de pasos andados, y ya es la
quinta. Casi, casi podemos ver el final del camino en el horizonte aunque la
meta, el objetivo a alcanzar, no esté al final, sino en cada uno de los pasos
que damos. Cada paso es una meta lograda con su premio, el de Disfrutar día a día del Momento Presente, el premio de ser felices y conscientes de lo
bueno que nos rodea.
Y por eso, por si os habéis perdido algún
paso o por si necesitamos repasar algún otro, descansamos cada diez pasos para
repasar, recordar y reforzar lo andado, lo aprendido.
Os recuerdo también que, como siempre, los descansos
están organizados de la siguiente forma: el título del paso (si “pincháis” él,
os llevará a la entrada correspondiente por si queréis recordarlo con más
detalle), el objetivo que se pretende con él y la lección que he aprendido al
seguirlo o cómo lo estoy aplicando.
Una vez aclarado esto, pasemos a ver los
pasos 41 al 50:
Mientras que nuestro consciente suele tener
el control de nuestros actos cuando estamos despiertos, cuando dormimos es el
subconsciente el que toma el poder, pero… ¿qué pasa cuando no estamos
completamente dormidos pero tampoco completamente despiertos?
Como
ya os comenté en su momento, este paso me lo salté, ya que si intentaba
averiguar qué pasaba en ese estado de duermevela, lo único que lograba era
desvelarme. Y, no sé a vosotros, pero a mí ese estado de duermevela me resulta
muy relajante. Así que… si ya Disfruto ese Momento, ¿para qué incordiarlo? Je,
je, je.
Acupuntura, digitopuntura,
autodigitopuntura, … todas ellas son técnicas que bien practicadas pueden
servir para liberar los canales interiores de energía y ayudarnos a Disfrutar
del Momento Presente, pero… mal aplicados pueden producir más mal que bien.
Por
ello, yo este año me he propuesto ir a un spa
a hacer un circuito termal y terminar disfrutando de un buen masaje relajante. Porque
creo que no hay nada como darse estos pequeños lujos al cuerpo para Disfrutar
del Momento.
Expresar gratitud a alguien es como difundir amor al Universo, ambos nos
serán devueltos multiplicados. Porque cuando agradecemos algo de corazón,
estamos generando una energía positiva que recibe la otra persona, que a su vez
se siente feliz porque sus esfuerzos han sido reconocidos y apreciados, con lo
cual estará más predispuesta a seguir actuando así.
Y
es que … ¿a quién no le gusta sentirse valorado? Pero en ocasiones, para que
nos valoren a nosotros, primero tenemos que dar el paso y valorar y AGRADECER a los demás lo que hacen por
nosotros de forma desinteresada. Yo siempre me he considerado una persona
agradecida, pero he dado un paso más y además de “dar las gracias”, me he
propuesto (y estoy cumpliendo) tener detallitos de agradecimiento con aquellas
personas que siempre están a mi lado pase lo que pase y sin pedir nada a
cambio, para que vean que “veo” lo que hacen por mí.
Hemos de cambiar nuestra actitud hacia la
comida. Muchas veces se nos antoja nuestro plato favorito y cuando lo tenemos
delante, en vez de disfrutar del placer de saborearlo, lo que hacemos es
devorarlo generándonos ansiedad y frustración ya que no hemos satisfecho la
necesidad que teníamos de él.
Ahora,
cuando tengo antojo de chocolate negro
(mi perdición) en vez de comerme una tableta entera de una sentada al tiempo
que estoy haciendo otra cosa, lo que hago es sentarme, desconectar de todo y
centrarme en degustar, paladear y Disfrutar del Momento de comerme bocadito a
bocadito una onza o dos, ya que mi mente no necesita devorar a toda prisa una
tableta entera para saciar su deseo sino, sólo eso, ser consciente de que se le
está concediendo su deseo, que está disfrutando de un par de onzas con toda
calma y con los cinco sentidos.
No hay nada que nos desconecte más del
Momento Presente que la rutina, una vez entramos en ella funcionamos en modo
“piloto automático” y dejamos de ser conscientes de lo que hacemos y lo que es
peor… dejamos de disfrutar de la pareja, de los amigos, de nuestros hobbies, de
… TODO!!
Por ello, para volver a Disfrutar del Momento Presente nada
mejor que huir de la rutina introduciendo pequeños
cambios en nuestro día a día.
Pese
a que la rutina es algo que me da seguridad, reconozco que introducir pequeños
cambios para intentar evitarla hace que tenga que estar más pendiente de lo que
hago, lo cual hace que me esfuerce más y que disfrute de todo el proceso. Y…
¡¡que guarde recuerdo de ello!!
Nos pasamos todo el día rodeados de ruido:
la radio, la televisión, el i-pod, el tráfico, …, tanto que a veces no somos
capaces ni de “oír nuestro pensamiento”. Por ello debemos intentar encontrar
momentos en los que apaguemos todo ruido artificial para poder escuchar los
pequeños sonidos que nos rodean y ver qué sensaciones nos producen.
Aunque
todavía estoy pendiente de hacer el gran ejercicio, mi #todayensilencio, he procurado tener momentos en los que procuro
estar en silencio y reconozco que escuchar esos pequeños sonidos que me rodean
me hacen disfrutar de pequeños momentos de placer: el trinar de los pájaros, la
lluvia, las hojas de los árboles movidas por el aire,….
Con los años hemos ido dando por asumidas
nuestras cualidades y nuestros defectos, ¡hasta en ocasiones hemos dado por
ciertas aquellas que los demás nos han “colgado”! Pero, ¿qué pasa si nos
paramos a hacer una lista con las que creemos nuestras 3 cualidades y nuestros
3 defectos, las analizamos e intentamos “darle la vuelta”?
Éste
ha resultado ser un buen ejercicio de autorreflexión ya que me ha hecho
replantearme mis puntos fuertes y mis puntos débiles y ver que algunos los
tenía en la lista equivocada. Además me ha permitido, una vez he sido
consciente de ellos, trabajar en ellos.
La meditación nos ayuda a relajarnos, a
relajar nuestra mente, a relajar nuestro cuerpo y a conectar ambos,… a ser
conscientes de lo que nos rodea y del Momento Presente.
Pese
a que todavía no he encontrado el momento de hacer una Meditación en toda
regla, sí que procuro tener momentos para realizar ejercicios de relajación en los que conecto cuerpo y mente y he
notado que me ayudan bastante a “cargar las pilas” y a ser cada vez más
consciente de todo lo que me rodea y las sensaciones que me provocan, lo que me
permite actuar en consecuencia para Disfrutar en todo momento del Presente.
Observar el cielo nocturno es un buen ejercicio de “relativización”. Ante
tanta inmensidad nuestros problemas y preocupaciones pierden todo su dramatismo
y, por tanto, podemos afrontarlos con más objetividad. Además, al observar el
Universo nos llenamos de energía positiva, lo cual hace que podamos seguir
adelante con optimismo y ganas de seguir adelante.
Pese
a que en una gran ciudad resulta a veces difícil observar el cielo nocturno
(sobre todo cuando una se acuesta prontito ya que madruga “muchito”), me
encanta disfrutar de la belleza de los
anocheceres y de los amaneceres, de las lunas llenas, …, que me llenan de paz y
tranquilidad, además de hacerme recordar momentos buenos vividos observándolos.
Las vueltas que dan los derviches forman parte de una ceremonia
giratoria a modo de meditación en movimiento mediante la cual pretenden
convertirse en un eje sagrado que integre los campos físicos, emocionales,
mentales y espirituales.
Este
paso para mí fue todo un fracaso, ya que más que fundir cuerpo, mente y
espíritu, lo único que conseguí fue marearme, pero supongo que para alguien que
no se maree y consiga centrarse en las sensaciones producidas…
Y hasta aquí el descanso, ¿cómo habéis
llevado estos últimos diez pasos? Y el camino, ¿os está ayudando a Disfrutar cada día más del Momento Presente?
Besazos!!
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