Llega el
otoño, llegan los días de frío y lluvia, y con ellos apetece recogerse un poco
más. Por ello retomo esta sección para proponeros una tarde en el Museo del Prado admirando esta preciosa
exposición que estará hasta el 10 de noviembre.
La Belleza Encerrada no es una única exposición, ni
recomiendo que la visitéis de una sola vez como hice yo ya que no sólo os
daréis un palizón sino que acabareis sobresaturados de arte, llegando a un
momento en el que no seréis capaces de apreciar en su justa medida las últimas
salas. Aunque claro, con el precio que tiene la entrada …
Y es que esta megaexposición está formada por 281 obras (cuadros, bocetos,
esculturas, …) de relativo pequeño formato. Y digo “relativo”
porque para los estándares de alguna de las épocas a las que pertenecen sí que
podrían considerarse de pequeña dimensión, pero para los nuestros (o para los
míos) no lo son tanto.
Así que, id preparados para “perder” como poco un
par de horas en admirar estas obras que aunque pertenecen a las colecciones del
Museo del Prado la gran mayoría no habían sido expuestas hasta ahora por falta
de espacio en las salas y que quizás no vuelvan a salir otra vez de sus
depósitos en … a saber cuánto tiempo!!!
Quizás a eso se refiera también veladamente el
título de Belleza Encerrada, aunque también
hace referencia a que eran obras realizadas para el ámbito privado, no son
obras de gran tamaño para exaltar la fe o el poder de las clases dominantes,
sino obras para admirar y disfrutar de ellas en el ámbito “hogareño” o para
recogerse a orar en la privacidad del reclinatorio o capilla familiar.
La exposición está estructurada en 17 salas de
reducido tamaño y luz tenue para crear un ambiente recogido. Además, en algunas
salas hay especie de ventanucos que nos
convierten en voyeurs dirigiendo
nuestra mirada a determinados aspectos de cuadros en otras salas, conectando
unas obras con otras, unas épocas con otras. Porque las obras, como las salas,
están expuestas cronológicamente desde finales del s. XIV a finales del s. XIX,
representando todos los géneros y temáticas.
Hay obras de
grandes artistas como Fra Angélico,
Durero, El Bosco, Rafael, ….
De Antonio Moro me encanto el retrato de María
de Portugal, esposa de Alejandro Farnesio el detalle y minuciosidad con
la que están tratados tejidos y joyas.
La sala 7 está
prácticamente toda ella dedicada a Rubens,
tanto bocetos para obras de gran tamaño, como la serie de cuadros que pintó
junto a Brueghel el Viejo dedicados
a los sentidos y que apabullan por lo recargados que llegan a ser. Se pierde
uno en ellos observando tanto detalle, tanta opulencia,…
La sala 10, de
muy reducido tamaño, está dispuesta como un gabinete del s. XVII, reflejo y
casi copia del cuadro expuesto en la misma de David Teniers, El archiduque Leopoldo Guillermo en su
galería de pinturas de Bruselas.
En la sala 12,
el retrato de María Luisa de Parma de Raphael
Mens me atrajo desde la distancia. Esos grandes ojos negros fijos que me
miraban fijamente, me atraparon, era como si … y eso que se cree que sólo es un
estudio preparatorio para un retrato
de mayor tamaño!!
Y esto sólo
por mostraros unos pocos de los muchos cuadros que llamaron mi atención, porque
si os cuento/muestro todos los que me gustaron por una razón u otra
probablemente no acabaría.
Eso sí, antes
de terminar os quiero hacer una última recomendación: visitad primero la
página web del Museo del Prado y ved los videos que tiene colgados sobre la
exposición ya que os ayudará mucho a que una vez estéis ante el cuadro busquéis
detalles o aspectos curiosos en los que no os hubierais fijado de no haber
estado “sobre aviso”. ¡Es alucinante lo que se puede descubrir cuando se sabe
qué hay que mirar!
Espero que os
animéis a ir y os guste tanto como a mí. Ya me contaréis :-D
Besazos!!!
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