Hoy, por fin, empiezo el Master de Maquillaje Profesional. Tras algo más de dos meses de
dudas, un día antes del comienzo del mismo, formalicé los últimos trámites de la matrícula.
Y no se trataba de que me apeteciera o no. Apetecerme
me apetecía un montón pero… el “hipotecar” los sábados durante un año entero
teniendo como tengo la “agenda” de ocupada con el trabajo (¡¡lo principal!!),
el gym (éste es de por vida por problemas de espalda), el blog, las labores, el
scrap, …, ¡ah y la vida personal que de eso también tengo! Pues, eso, que no
acababa de decidirme.
Pero es que cuando hice el Curso de Iniciación al Maquillaje
Profesional descubrí que: 1) ¡me encanta maquillar!; 2) me queda muuuucho
por aprender.
Así que … finalmente me lanzo de cabeza y a
disfrutarlo.
Aunque eso no quita que como todo estudiante
ante su primer día de clase llegue un pelín nerviosa. Eso sí, cuando veo entrar
al profe me tranquilizo un poco. ¡¡Le conozco!!
Sigo su blog desde hace tiempo, he visto
trabajos suyos y le he visto maquillar. Vamos que... ¡¡tengo al Duke como
profe!!
Ya en clase veo que somos unas nueve, aunque
al pasar lista descubro que todavía falta gente por incorporarse, con lo cual
seremos unas cuantas más.
Tras pasar lista y presentarse el profe, éste
nos pide que nos presentemos. Pese a que venimos de profesiones diferentes, a
todas nos une el mismo motivo: la pasión
por el maquillaje. Tanto que… una viene desde un pueblo de Toledo, otra
desde Aranda de Duero y otra desde
¡¡Asturias!! ¡Ida y vuelta todos los sábados durante un año! Vamos que es
amor, vocación o lo que se le quiera llamar.
Una vez que nos hemos presentado el profe nos
da el cuaderno de ejercicios del curso (el libro y la manta de brochas vendrán
más adelante, ¡cachis con las ganas que tenía de tenerlos YA!!) y empieza a
contarnos las Normas de la Academia en cuanto a vestuario, imagen personal, higiene,
etc.
Normas que, a fin de cuentas, rigen la
profesión con lo cual está bien que desde un principio nos tengamos que gobernar
por ellas que el día de mañana cuando nos dediquemos profesionalmente a ello no
tengamos ni que pensarlo ya que formarán parte de nuestro ADN.
Tras esta introducción pide que nos pongamos
por parejas para maquillarnos y así hacerse una idea de por dónde anda el nivel
de la clase. Tenemos 40 minutos cada una. Y aunque al principio pienso que es
poco tiempo, al final termino en 30 min, como la mayoría de mis compañeras.
Acostumbrada a los “cristos” que me hacía alguna en el curso de Iniciación, he
de reconocer que quedo contenta con el maquillaje que me hacen a mí. ¿Pensará
lo mismo mi “maquillada”? (eso espero).
Como ya son las 18:30 (el horario es de
16:30 a 21:00) paramos a hacer un descanso que aprovecho para echarle un ojo al
Cuaderno de Ejercicios y…¡¡ay,
madre!! Ahora entiendo lo de “Master”,
si hay que hacer todo eso voy a necesitar unos cuantos clones para lograrlo. Y
otros cuantos más para las prácticas, que haberlas haylas!!
En fin, no nos asustemos antes de tiempo,
que todo es ponerle ganas. Además, sarna con gusto no pica. Y estoy aquí para
aprender. (Me suena a una que está intentando autoanimarse mentalmente, ¿a
vosotras no?).
Afortunadamente, se acaba el descanso antes
de que decida poner pies en polvorosa, je, je, je.
El profe continúa la clase diciendo a rasgos
generales lo que ha visto y qué deberíamos tener en cuenta para la próxima vez
no caer en los mismos errores. Al ser el primer día no nos evalúa una a una,
pero para la próxima….
Y ahora es cuando entramos en materia. Lo
primero: las herramientas de trabajo de
todo maquillador.
Nos enumera lo básico que todo maquillador
debería de llevar en su maletín. O mejor dicho maletón porque la lista es
interminable. Afortunadamente yo ya empecé este verano a hacerme con algunas
cosillas y poco a poco me iré haciendo con todo.
Finalmente llegamos a la pincelería “básica”.
Como ejemplo nos enseña UNA de sus TRES mantas de pinceles. YO de mayor quiero
ser como ÉL, ja, ja, ja.
¡¡TRES MANTAS!! Y, ojito, que nos enseña la
BÁSICA. Ay, que me da un patatús. ¡¡¡BÁSICA!!! ¡¡Pero…. si tiene 4 ó 5 pinceles
DE CADA TIPO!!
Y son mogollón: de maquillaje, de polvos
fijadores, de colorete, de perfilar el rostro, de correctores, de ojos (para
dar sombras, para difuminar, tipo boli,...).
En fin, Isa, paciencia y con buena letra. El
mundo no se construyó en un día. Y aunque de golpe parece una burrada de cosas,
poco a poco, pasito a pasito… que no hay prisa….una cosita hoy, otra mañana…,
por lo menos me podré hacer con UNA manta, ¿no?
Tras enseñarnos todos los tipos de brochas y
pinceles que hay, para qué “sirve” cada uno y cómo limpiarlos, se termina mi
primer día de clase.
No sé si salgo con más o menos nervios con
los que llegué, pero ahora son de otro tipo. Ahora son de expectación por todo
lo que queda por delante por aprender, por practicar, por … conseguir alcanzar
el sueño de ser una Buena Maquilladora!!
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