Muy buenas!!
Nuestra voz es
un instrumento único. Con él se pueden conseguir registros tan maravillosos
como los cantantes de ópera o tan, tan…. como los cantantes de heavy. Aunque
más de un@ no estará de acuerdo conmigo en los gustos musicales, sí que nadie
me puede negar que con la voz se pueden hacer milagros.
¿A quién no le
ha pasado que ha tenido que levantar la voz para hablar con alguien un pelín duro de oído y a acabado cabreado por
gritar? Yo me he dado cuenta que si por alguna razón tengo que levantar el tono
de voz, al final he terminado enfadada. Supongo que será porque cuando nos
enfadamos tendemos a elevar la voz y nuestro cerebro tiene asociado dicho volumen con el enfado.
O cuando por
hacer una gracieta ponemos voz de
niños pequeños, al rato nos sentimos unos críos y empezamos ha hacer tonterías
y trastadas y acabamos disfrutando como enanos.
También cuando
alguien nos habla cabreado buscando bronca
y a nosotros no nos apetece tenerla, ¿habéis probado a hablar a dicha persona
no sólo sin elevar nuestra voz, sino bajando todavía el tono? Veréis como esa
persona se queda desarmada, es como
si nuestro tono bajo la hubiera aplacado.
¿Qué padre no
ha calmado la rabieta de un hijo sólo con su voz, con ese tono que da seguridad
y amor al mismo tiempo?
Con la voz
podemos conseguir muchas cosas, pero hemos de saber utilizarla. Conociendo
nuestra propia voz, y el juego que
nos puede dar, en más de una ocasión podremos utilizarla en nuestro favor y
conseguir que un Mal Momento se
transforme en un Buen Momento, en un Momento
a Disfrutar.
Ya os decía no
hace mucho (aquí) que yo cuando estoy enfadada para des-enfadarme me pongo a cantar algo
alegre, algo que me haga reír. Utilizo mi voz para cambiarme el estado de
ánimo.
Otras veces,
lo que viene genial para desahogarse, para soltar toda la rabia que llevamos
dentro es ponerse a gritar, aunque lo recomendable en estos casos es hacerlo en
algún sitio donde nadie nos oiga ni nos vea, más que nada para que no nos
tilden de locos. No hay nada mejor que un buen (o más de uno) grito a todo
pulmón… se queda luego un@ de un suaveeeeeee!!!
Pero para
conocer qué reacciones nos provoca nuestra voz en nuestro estado de ánimo para
poder luego aprovecharnos de ello, lo primero que tenemos que hacer es buscar
un sitio o un momento en que nadie nos oiga y ponernos a jugar con ella:
tararear, cantar, gritar, utilizar tonos graves, tonos agudos, … Y mientras lo
hacemos, centrarnos en qué es lo que nos está provocando cada tono, cada
sonido.
Una vez que
seamos conscientes del resultado, hagamos lo contrario…. Pensemos qué
sentimiento queremos provocarnos y juguemos con la voz hasta conseguirlo.
De esta forma,
cuando no nos encontremos bien podremos
recurrir a estos “trucos” para cambiarnos el estado de ánimo.
Por otra
parte, también debemos de poner atención a lo que provoca en los demás nuestro
tono de voz o nuestro volumen. Seamos conscientes de ello, pues muchas veces,
sin querer, estamos provocando reacciones adversas en los demás sin darnos
cuenta.
Hay gente que por
su forma de ser, o lo que sea, tiene un tono seco o cortante a la hora de
hablar. Y con ello esa persona no pretende dar
cortes, pero aún así lo hace y la gente tiende a alejarse de ella. Mientras
que otros con la voz más suave o dulce del mundo te puede estar diciendo
cualquier burrada y tú sin enterarte
hasta un buen rato después en que te dices: “Será, cabr… lo que me ha dicho”.
Así que… a
jugar con la voz, a cantar, a gritar, a susurrar, … Utilicemos ese magnífico
instrumento del que estamos dotados y Disfrutemos de los beneficios que nos
puede proporcionar.
Y vosotr@s,
¿habéis utilizado alguna vez vuestro tono de voz para cambiar vuestro estado de
ánimo o el de otra persona? ¿o para suavizar alguna situación tensa?
Besos!!
¿Quieres continuar el camino? Ve al paso 19: Be water my friend!
¿Quieres recordar
el paso anterior? Ve al paso 17: Piérdete!!
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